Hace un año que decidiste
ponerle punto y final a nuestra historia especial, aquella que empezó
una fría y tarde de finales del mes octubre. ¿Aun te acuerdas de
nuestras primeras palabras o nuestras primeras miradas?. Seguro que
ya no.
Y poco a poco conseguí olvidarte.
Quizás no fuera la mejor
forma ni el mejor día de decirme un adiós para siempre. ¿Por qué
decidiste marcharte la noche del cinco de enero, la más mágica del
año?.
Tú decidiste volar en los
brazos de una nueva ilusión, la primera que apareció en tu vida, te
aferraste a él con fuerza y sin ganas de soltar sus manos, sin miedo
a poder caer.
Y mientras tú hacías tu
vida, yo estaba en mi cuarto con mi corazón patas arriba deseando
que volvieras, que todo fuera como antes. ¿Acaso no existen las
segundas oportunidades?. No paraba de preguntarme iluso cada día de
mi vida. Una vez leí en un viejo libro que la esperanza es lo último
que se pierde, y yo al final la acabe terminando de perder contigo.
Y poco a poco conseguí olvidarte.
Y cuando parecía que la
herida en el corazón comenzaba poco a poco a cicatrizar, volviste
aparecer, nos volvimos a encontrar cara a cara. Como dos desconocidos
pasamos uno delante de otro, sin dirigirnos ni un triste saludo. Me
dieron ganas de mirarte a los ojos y decirte que en mi vida lo único
que me falta eres TÚ. En vez de decirte eso, grite en silencio,
desgarrándome por dentro. Es curioso ver como el destino se encarga
de jugar con nosotros sin importarle nuestros sentimientos. ¿Por qué
destino?.
me puso sensible
ResponderEliminar