Una llamada telefonica

Era otra noche calurosa de verano, me encontraba de vacaciones en un pueblo pequeño perdido de Castilla la Mancha. Llevaba aquí más de un mes, y todo ese tiempo sin mantener ningún tipo de relaciona sexual. sin , es lo que pasa al no haber gays ni heteros curiosos en este pueblo tan pequeño, cosa que en otro más grande si que hubiese habido.

Me tumbe en el sofá para hacer un zapping y ver lo que ponían en la televisión, que no era gran cosa, de repente me pare en un canal, este no me era conocido, ni si quiera lo había visto en Madrid. Era un canal tipo chat, a lo largo de la pantalla aparecían personas que daban su número de teléfono junto con una pequeña descripción de lo que buscaban. La mayoría eran hombres heterosexuales de mediana edad que decían estar casados y que buscan una aventura fuera del matrimonio.
Hubo un anuncio de la pantalla que me llamo la atención, este decía lo siguiente: “Chico casado de 35 años busca a algún chico con el que probar nuevas experiencias”. Junto a la descripción de lo que buscaba, estaba su número de móvil.

Viendo que estaba solo en casa y estaba muy caliente, decidí llamar a ese numero, nunca había hecho antes sexo telefónico, pero no se porque tenia ganas; a parte de que era lo único que podía hacer mientras estuviese en el pueblo. Tras varios tonos, la otra persona cogió y descolgó el teléfono:
– ¿Si? –pregunte con una voz muy sensual.

– Hola. Me llamo Pablo; ¿y tú?.

– Yo me llamo Oscar. ¿Qué buscas? –pregunte directamente

– Buscaba a un chico con el que experimentar. ¿Cuántos años tienes?.

– Tengo veinte y soy gay.

– ¿No soy muy mayor para ti?.

– No, me gustan los de tu edad , sobre todo si están casados, eso me pone muchísimo.
Poco a poco y según iba avanzando la conversación, estaba más caliente, me había desnudado entero y estaba con mi miembro completamente erecto.

– ¿Estas cachondo? –pregunte ya caliente del todo.

– Si, un poco.

– ¿Cuánto te mide tu miembro?.

– Unos diecinueve centímetros, y tiene grosor.

– Me gusta –dije gimiendo –.¿Qué te gustaría que te hiciese?.

– Me gustaría que me hicieses una mamada, hasta el final.

– Eso se me da bastante bien.–conteste orgulloso de ello.

– ¿Qué pasa que te has comido muchas antes?.

– Demasiadas… ¿Te estas masturbando?.

– Si...

– Quiero oír el sonido que haces al masturbarte.


Por el otro lado del móvil se oía perfectamente como se estaba masturbando Pablo, mientras lo hacia , se escuchaba como de vez en cuando soltaba algunos pequeños gemidos de placer. Yo también empece a masturbarme, la situación me estaba poniendo muy cachondo.
– Uf como me la mamas –decía Pablo mientras se estaba masturbando.

– Que grande es y que rica esta.

– Como se nota que sabes nene.

- Claro, ya te dije que soy un experto.

- Juega con la punta de la lengua por el glande.

– ¿Así te gusta?

– Puf me voy a correr ya.

– Córrete en mi boca, quiero sentir tu semen caliente dentro de mi.

– ¡Me voy, me voy! –decía Pablo mientras se corría con un gran gemido de placer.

A los pocos segundos comencé a sudar y a hiperventilar, eso era señal de que el éxtasis final estaba cerca; por la punta mi miembro comenzó a salir disparados los primeros chorros de semen, tras ello, todo el semen restante. Tras correrme y limpiarme, colgué el móvil.

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